HOME                     LINKS                       CONTACT                      

8 nov 2013

LOS "DEAD" CUARENTA Y CINCO AÑOS DESPUÉS.





GRATEFUL DEAD                 "ANTHEM OF THE SUN"
Se respira un aire húmedo, que no acaba de cuajar en lluvia, y el campo va adquiriendo ese color de cuero gastado que, ya a estas alturas del año, debería haberse tornado en el verde último de Cèzane. Mas no es así y a ras de la superficie aun predomina esa ceniza amarillenta del pasado verano, un brochazo desolado e inerte que, de vez en vez, se confunde con un cielo plateado, sin apenas aristas. Es lo que tienen los campos de Castilla que, salvo inspiración para algún poeta iluminado, traen poco oleaje emotivo, casi ninguna sensación, modorra acaso. Bien vale, entonces, refugiarse en la atalaya y ver que sorpresas nos depara la tarde inicial.

Nunca he sido un "Deadhead" y, para mayor deshonra, empecé mi incursión (como "asignatura pendiente") en la banda de San Francisco hará algo más de 10 años, a principios de la década pasada, con la adquisición de su "Skeletons From The Closet", su primera y magnífica recopilación de 1974. Desde entonces, empujado por esa extraña ansia que nos devora de vez en cuando a los coleccionistas, me vi envuelto en la vorágine de la compra compulsiva de todos sus trabajos hasta tal año, que ya son unos cuantos, tal fue el gusto y contento que me produjo su música. He de decir que, pasado ese primer y feroz impulso, me dio por plantarme y dejar que el tiempo, siempre feliz aliado para aquel que no le aprieta, jugara su papel de "gourmet" musical, decantador de aromas y sabores, sensaciones que se encuentran con alegre profusión en las grabaciones de los Dead desde 1967 hasta 1974.

Y siguiendo el hilo gastronómico empleado, el plato que presentamos hoy a la audiencia es el perteneciente a su segundo Lp, al afamado "Anthem Of The Sun", "delicatessen" que, por su singularidad y punto de rareza, sea quizás de sabor agridulce para algunos de los que me sigan. Estamos entonces en 1968 y han pasado apenas 3 años desde que The Warlocks se convierten en Grateful Dead. Los 5 miembros iniciales, Jerry Garcia y Bob Weir a las guitarras, "Pigpen" a los teclados, Phil Lesh al bajo y Bill Kreutzman a la batería, deciden incorporar a dos músicos más. Tom Constaten se encargará de enriquecer la variante rítmica con su piano eléctrico y experiencia en la manipulación de cintas (estamos, casi sin darnos cuenta, en los albures de los "loops" electrónicos) y Mickey Hart, con su nueva batería, campanas, gongs, carrillones y timbales, reforzará la percusión de la banda.


El núcleo duro del grupo, esto es Garcia y Lesh, ya llevaban tiempo internados en territorios  de experimentación, donde el legado del jazz (tanto en su variante "be-bop" como "free") tenía cabida y acomodo con estructuras rítmicas procedentes del norte de la India, sobre todo en su aspecto percusivo, todo ello amalgamado con el pegamento clásico  del "rythm & blues" (que servía básicamente para que la audiencia pudiera entender más fácilmente su propuesta musical) y enmarcado dentro de un espacio temporal, cuestión muy importante, que les permitiera improvisar a su antojo, cual si se tratara de una pura banda de jazz (y hay, a todo esto, "especialistas" que a este batiburrillo lo califican como estilo "psicodélico"...)

"Anthem Of The Sun" entra dentro de estas coordenadas, si bien en un estado de gestación muy inicial. Lo que García & Lesh deciden, al objeto de preparar a la audiencia para su futura propuesta, es contratar a un nuevo técnico de sonido, un tal Dan Healy, que empieza a trabajar en un proyecto de grabación que será entonces revolucionario. Tan simple (o complicado, según se vea) como utilizar temas grabados en actuaciones en directo y mezclarlos con grabaciones en estudio, de las mismas canciones se entiende, y en distintas tomas. Lo que viene a crear Dan Healy son, según sus propias palabras, unas "cintas-base" que pudiera utilizar para variar la grabación de acuerdo al sonido requerido. Sin perder nunca la idea básica de que se acercara lo más posible a ese sonido que la banda obtenía en directo, facilitando, al mismo tiempo, la extensión espacial de las canciones para que posibilitaran la faceta de improvisación que, desde entonces y hasta ahora, es marca propia de la casa Dead. Así es que Dan, ayudado en las labores de producción por Dave Hassinger (que llega a abandonar los estudios antes de que termine la grabación) se vale de grabaciones en directo, fechadas desde noviembre de 1967 hasta marzo del siguiente año, y las mezcla, según el método indicado, con temas grabados en estudio desde septiembre hasta diciembre del año 67.

El album, que los directivos de la Warner Bros encuentran extraño y falto de gancho comercial, sale a la luz en julio de 1968 y no alcanza ciertamente cimas altas en las clasificaciones de los medios de la época. La audiencia, proclive entonces a la experimentación lisérgica, parece que acepta algo mejor el album, bien es cierto que antes de su publicación los Dead habían presentado varias de sus canciones, en el formato extenso que recogía el disco, en sucesivos conciertos a finales de la primavera de ese 1968, lo cual facilitaba las cosas. Despista, de todas maneras, a muchos teniendo en cuenta la evidente diferenciación con su primer trabajo homónimo, por lo que los especialistas en la banda, y aquellos otros que tenían encuadrados a Garcia & compañía en un cierto "sonido original de San Francisco", reconocen que se trata de un album difícil (los más devotos seguidores hablaban de "adelantado a su época") y de compleja asimilación, léase entre líneas, solo apto para minorías.


"Anthem Of The Sun" funciona, a efectos de escucha práctica, como una especie de "suite" con 5 temas extensos. "That´s It For The Other One", "New Potatoe Caboose" y "Born Cross-Eyed", los mejores y más asimilables del disco, donde se nos muestra un impresionante Jerry García con unos fraseos de guitarra espléndidos, enmarcadas las tres canciones en extensas improvisaciones que van creando y cambiando su propia melodía, a veces hasta hacerla semejante a una suerte de "música concreta" en "Caboose"; una labor al bajo de Phil Lesh de gran calado rítmico, al igual que los teclados de "Pigpen" y Constaten, apoyándose ambos en todo momento con eficacia y brillantez, y una percusión doble que constituye una de las mejores experiencias del disco. Percusión, liberada al máximo, en "Alligator" y "Caution (Do Not Stop On Tracks)", a veces con reminiscencias puramente minimalistas, de una sobriedad en la que los breves lapsos de silencio juegan un papel determinante, sorprendiendo siempre al oyente, anticipando su atención para fijarse en aquellos detalles de la grabación que se van sucediendo de forma paulatina, aunque la estructura general sea muy compleja . Pura delicia para amantes del jazz con corazón de rock.

Y si se trata de encontrar alguna pega que sea ésta la concerniente al aspecto meramente lírico, al de los textos. Inconsistentes, ininteligibles (muchos "Deadheads" comentan a menudo que la lírica es el aspecto menos importante de su música, constituyendo el verdadero meollo de su estilo la "psicodelia improvisada" y estoy de acuerdo con ello), y eso teniendo en cuenta que precisamente para este "Anthem Of The Sun" contratan a Robert Hunter como nuevo letrista. 

La vida inmediatamente posterior a la salida del "Anthem Of The Sun" es digna de un capítulo aparte. La tensión entre Garcia y Lesh frente a "Pigpen" y Weir hace que sean brevemente "expulsados" de la banda durante los últimos meses de 1968. Se cancela su primera gira europea, programada junto a la de Jefferson Airplane y The Doors, y García y Hart comienzan a participar en numerosas sesiones de improvisación que tienen lugar en los famosos Carousel y The Matrix de San Francisco (los célebres "free-form instrumentals"). Forman ellos dos una banda, inestable (o "inexistente", según otros comentaristas), conocida como The Hartbeats, en la que participan músicos de la talla de Jack Casidy (Jefferson Airplane) y Elvin Bishop  (The Paul Butterfield Blues Band); banda que utilizan como escapatoria al dilema en el que entonces se encontraban los Dead, seguir o disolverse.

Si hay un grupo con calidad musical incuestionable, historial rico e inmenso anecdotario, además de una enorme cantidad de seguidores en todo el orbe, esos son los Grateful Dead. Comenzar a conocerlos a través de éste su segundo album no es tarea fácil aunque, como suele ocurrir siempre que se dejan abiertas las puertas del campo, la capacidad de sorpresa se torna en admiración y ésta en posterior fidelidad. "Anthem Of The Sun" fue un inmenso paso adelante para una, entonces, pequeña e insegura banda que, al cabo de poco tiempo, se convirtió en una de las más singulares e importantes de la música contemporánea.

10 comentarios:

  1. No soy muy Dead, más bien casi nada. Workingsman dead y American Beauty pero esos no cuentan pues podrían pasar por un excelente grupo de country rock tipo Poco. Demasidso conciertos, live demasiadas florituras, Algo semejante me pasa con Pink Floyd., Tu excelente introducción , como siempre, váya prosa te gastas, me ha vuelto a picar la curiosidad por esos Dead primerizos,.Voy a darle una escucha . Siempre es bueno caer de la burra por mi parte.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Adelante pues. Comprendo que el "Anthem..." es un disco un tanto difícil para un primerizo, pero no para tí Bernardo, curtido en mil batallas sonoras.
      Saludos,
      Javier.

      Eliminar
  2. Sí, me pasa como a Bernardo, del disco debut del 67 pasé a Workingman Dead y American Beauty, obras maestras indiscutibles. Pero me hubiese encantado ser un "Cabezamuerta" y seguirles por toda la Costa Oeste...Salud

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A mí también me hubiera gustado seguirles en sus conciertos, ¡ya lo creo!, menudo ambientazo debía haber...
      Saludos,
      Javier.

      Eliminar
  3. Historial rico, incluso riquísimo, Javier, un grupazo de escándalo. Los discos que citan Bernardo y Antonio, contrastados con el que nos traes, dan fe de una banda inmensa. Muy acertado lo del silencio que dices, no sé si recuerdas que el otro día, cuando hablé de "Pablo de Málaga", comenté que Morente interpretaba los silencios, él mismo dejaba constancia en los créditos. Hablamos, pues, de lo mismo.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si Gonzalo, recuerdo tus comentarios sobre el silencio en la entrada que citas. La buena música creo que siempre ha de contar con ellos.
      Abrazos (en silencio),
      Javier.

      Eliminar
  4. Ya sean discos como "American Beauty" o "Workingman's Dead" u obras como "Aoxomoxoa" y la que tan magníficamente diseccionas todas forman parte de uno de los legados musicales más importantes del pasado siglo.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Totalmente de acuerdo Agente. Su legado está entre los mejores sin duda..., y recordar sus discos de vez en cuando es saludable y necesario.
      Saludos,
      Javier.

      Eliminar
  5. Me pasa bastante como a Bernardo arriba. Nunca es demasiado tarde. El post, brillante, muy brillante. Abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Aupa Johnny!, ante las dificultades nos crecemos. El "Anthem..." no es fácil del todo, pero una vez escuchado con atención tiene momentos sublimes.
      Saludos,
      Javier.

      Eliminar